¡Hola de nuevo! Hoy vengo a hablaros sobre fotografía en movimiento. 

Esta foto la hice cuando estaba viviendo en Madrid. Una tarde quedé con una amiga para coger nuestras cámaras y perdernos por la ciudad. Llevábamos un rato dando vueltas haciendo fotos a lo que nos llamaba la atención, pero ninguna foto parecía ser especial. De repente, al girar una calle, vimos un tio vivo precioso que daba alegría a toda la plaza. Por supuesto, tuvimos que parar.

Ejecución

Mi intención con esta foto era que se apreciara el movimiento en el tiovivo y las personas que paseaban a su alrededor y que contrastara con la quietud de las vallas y el edicifio.

Para conseguir que el tiovivo y las personas salgan difuminados debemos poner una velocidad de obturación baja. Como el tiovivo gira lento, yo optaría por una velocidad de 1/8 o 1/10. Es muy útil contar con un trípode o apoyarse en una superficie para evitar movimiento no deseado. En mi caso no contaba con ninguna de las dos, así que intenté tener el pulso todo lo firme posible.

Al trabajar con velocidades lentas, la cámara deja que entre más luz. Es importante compensar esa entrada extra de luz con la apertura. En esta foto, la luz que emite el tiovivo es muy potente, así que utilicé una apertura aproximada de f11 o f13. De esta manera, se amplía la profundidad de campo y el fondo sale más enfocado. Es importante aprender a controlar la cámara en modo manual y jugar con la velocidad de obturación, la apertura y el ISO para conseguir los resultados deseados. Por aquí os dejo un vídeo que explica bien la velocidad de obturación.

¡Ahora os toca a vosotros! Coged vuestra cámara y salid a explorar. ¡Nos vemos!